PALANGRISTAS ESPAÑOLES 25 AÑOS DE GOLPISMO EN VENEZUELA

PALANGRISTAS ESPAÑOLES
25 AÑOS DE GOLPISMO EN VENEZUELA

Venezuela entró en barrena en la década de 1980. Crisis económica, política y social; caída brusca de los sueldos y aumento de los precios; represión de las protestas populares. El terrorismo de Estado llenó las cárceles y los cementerios de sindicalistas, opositores y ciudadanos. Hugo Chávez Frías se alzó en armas en 1992 , y perdió. En 1998 ganó las elecciones presidenciales. No lo dejaron apenas calentar el asiento en el Palacio de Miraflores. Primero el golpe de Pedro Carmona Estanga y después el sabotaje petrolero. A la muerte de Hugo Chávez la derecha antidemocrática volvió a las andadas. Las guarimbas sembraron de muerte y destrucción las calles de Venezuela. El dirigente del partido Voluntad Popular dirigido por el golpista Leopoldo Lopez Mendoza, Juan Guaidó Márquez, asumió la ficticia presidencia interina de la República sin mando ni sobre el más humilde soldado o policía. La planificación, organización y financiación de la desastabilización de Venezuela corrió por cuenta de la Casa Blanca con el posterior seguimiento de la obediente "comunidad internacional" del capitalismo neocolonial petrolero. Sobre Venezuela recayó una oleada de "sanciones" económicas y robo del patrimonio nacional invertido o depositado en el extranjero. Los piratas ingleses se quedaron con las reservas de oro depositadas en Londres. El boicot a la importación de medicinas provocó unos 40.000 fallecimientos de pacientes con enfermedades graves. La política de sufrimiento del pueblo venezolano no se hizo a escondidas sino con máxima publicidad y saña por parte de algunos miembros del gobierno del Imperio del Norte. Ahora la derecha fascista ha intentado por tercera vez desalojar a los chavistas de la Presidencia de la República. Ataque cibernético al sistema electoral venezolano y publicación de una página digital con las "actas electorales" llenas de irregularidades y sin la auditoría oficial de nadie. El Tribunal Supremo de Justicia citó a los candidatos presidenciales a presentar las pruebas del presunto "fraude electoral". Acudieron todos menos el monigote representado por la siniestra María Corina Machado. La eterna derecha golpista no ha reconocido la decisión del Consejo Nacional Electoral designando a Nicolás Maduro como ganador de las elecciones ni tampoco el requerimiento del Tribunal Supremo de Justicia. "Todo el mundo sabe que ganamos nosotros; en nuestro poder están las actas verdaderas". Los palangristas, cacatúas, tertulianos, plumillas y bustoparlantes españoles, sin ver las actas del CNE depositadas en el TSJ, han comprado el mensaje de los golpistas venezolanos por orden del mando (dueños de los respectivos medios de comunicación o desinformación interesados en desconocer sistemáticamente al gobierno chavista desde la fallida intentona de Pedro Carmona Estanga) bajándose las bragas y los calzoncillos y abriéndose de piernas sin vaselina. ¡Si Goebbels levantara la cabeza!

A los medios de comunicación de Venezuela les ha tocado en los últimos años hacer el papel de quinta columna en el frente conspirativo para tratar de tumbar el gobierno de Chávez. No estoy inventando nada. Está claro que el papel de los medios de comunicación (especialmente la televisión) ha sido formar una matriz de opinión contra un gobierno democrático. Pero los medios de comunicación no están solos. Muchos intelectuales (algunos pagados, otros obcecados hasta el fanatismo) se han sumado a la campaña de desprestigio del gobierno (gobierno hecho por y para el lumpen, según dicen). ¿Qué diría hoy Ortega y Gasset? Toda la tramoya radica en acabar con un gobierno de mulatos, marginales y pobres no aptos para autogobernarse. Pero ¿por qué tanto odio contra un gobierno garante de la Constitución? ¡¡Ay, hermano!! Porque trastoca todo cuanto ha venido sucediendo en Venezuela desde los años sesenta, cuando se fijaron las normas y regulaciones políticas por medio del Pacto de Punto Fijo. Todo gobierno no acorde con los lineamientos establecidos por Acción Democrática (AD) y COPEI debe ser execrado de toda realidad política, sin posibilidades de mandato. En pocas palabras, se hicieron dueños del país sin margen para ninguna otra opción. Pero una cosa es el burro y otro quien lo cabalga. Desdichadamente para la buena aplicación de ese mínimo entendimiento impuesto por AD y COPEI, siempre existió un tercer protagonista, el pueblo. Hace cuarenta años, la sociedad venezolana, heredera de una dictadura, aceptó la entente cordiale de los dos grandes partidos políticos de la época; quizá por miedo, cansancio o ignorancia. Mas hoy, ese trato está roto, porque esos dos partidos sólo representan a dos conspicuos actores de una trama pasada de moda. La sociedad, sin la muleta ya de los partidos tradicionales, está dando los primeros pasos hacia un mejor entendimiento en el juego político. Y de ahí la intervención de los medios de comunicación sociales como actores de la obsoleta trama política. Pero llama poderosamente la atención que no habiéndose preocupado del pueblo en los últimos veinte, treinta o cuarenta años, ahora traten de hacerlo de una forma muy sui géneris, como es la manipulación de la información y la apología de la violencia para crear el miedo entre los ciudadanos con el objetivo de obligarlos a aceptar cualquier fórmula de escape.

Fuente: David Rivas Herrera, librero de Mérida, en el "Diario de Frontera"