TULSI GABBARD TENIENTE CORONEL (R) DEL EJÉRCITO DE EEUU
DIRECTORA DE LA PODEROSA
DIRECCION NACIONAL DE INTELIGENCIA
ENTRENAMIENTO EN LA ESCUELA DE GUERRA JOHN F. KENNEDY
PRIMERA MAYOR BRIGADIER DE LA FUERZA AÉREA BRASILEÑA
SUBOFICIAL DE LA POLICÍA NACIONAL DE PERÚ
JOSSMERY HA VUELTO A EMPUÑAR LAS ARMAS
PATRICIA ORTEGA GARCÍA PRIMERA GENERAL DE BRIGADA ESPAÑOLA
ERIKA VIRGUEZ OVIEDO ALMIRANTE DE LA ARMADA NACIONAL BOLIVARIANA
MIEMBRO DEL ESTADO MAYOR DE LA GUARDIA NACIONAL MEXICANA
AUTORA DEL MANUAL DE MEDICINA FORENSE
CARMEN DOLORES QUINTERO GIMÉNEZ
TENIENTE DE FRAGATA DE LA ARMADA PARAGUAYA
CONDENADA POR QUERER AMAMANTAR A SU RECIÉN NACIDO
TENIENTE NORTEAMERICANA MUERTA EN LA GUERRA
BELLA POLICÍA MEXICANA
MARÍA ELIZABETH HINOSTROZA PEREYRA Y ÁNGELA GARCÍA ESTACIÓN
PRIMERAS MUJERES GENERALES DE LA POLICÍA PERUANA
NOMBRAMIENTO DEL MINISTERIO DEL INTERIOR
MARTA CARCANA CRUZ PRIMERA HISPANA GENERAL DE DIVISIÓN NORTEAMERICANA
ALMIRANTE VENEZONALA CARMEN MELÉNDEZ RIVAS
BOICOT DE LOS RABINOS ORTODOXOS
COLOMBIANA COMANDANTE DE UN BUQUE DE GUERRA
GENERALES EN EL EJÉRCITO COLOMBIANO
GENERALES DE LA POLICÍA BOLIVIANA
CLEMENTINA ESPINOLA ZETINA GENERAL DE BRIGADA MEXICANA
POLICÍAS CHILENAS Y COLOMBIANAS CON UNIFORME DE GALA
GENERALES Y ALMIRANTES VENEZOLANAS
MARÍA ISABEL PANSA GENERAL ARGENTINA
DALVA MARÍA CARVALHO MENDES CONTRALMIRANTE BRASILEÑA
POLICÍAS RUSAS
LORI JEAN ROBINSON CAPITÁN GENERAL DEL COMANDO NORTE
VERÓNICA ESPINOZA VILLALBA CORONEL DE LA POLICÍA ECUATORIA TAMBIÉN PRESENTE
DRUG ENFORCEMENT ADMINISTRATION
GENERAL LUZ MARINA BUSTOS SUBDIRECTORA DE LA POLICÍA
PROVOCÓ MALESTAR ENTRE OTROS GENERALES
CEREMONIA DE TRANSMISIÓN DE MANDO
COMPAÑERA DE PROMOCIÓN DE MAURICIO SANTOYO
GENERAL SANTOYO VELASCO PRESO EN EEUU
PRIMERA FISCAL GENERAL DE MÉXICO
MARISELA MORALES IBAÑEZ LUCES Y SOMBRAS
MANDAMÁS DE LA POLICÍA Y DEL CRIMEN
HISTORIA DE MARLENE BLANCO LAPOLA
MIREILLE BALLESTRAZZI PRESIDENTA DE INTERPOL
ENTREVISTA CON MIREILLE BALLESTRAZZI
CAPITANA RAYSA DE LA CRUZ OLIVARES DOMINICANA DEL AÑO
ACUSADA PRESUNTAMENTE DE NARCOTRÁFICO
Dos mujeres del Grupo Antisecuestro de la Policía son las más avezadas combatientes en Colombia. Jenny, con la misma especialidad de un jungla, y Julieth, la única francotiradora del país. Donde ponen el ojo, ponen la bala.
En medio de la selva boliviana el grupo seguía avanzando a una temperatura de 45°C. A la espalda llevaban los morrales con 40 kilos de peso que cargaron durante cinco kilómetros en medio del lodo y las piedras. En el centro de entrenamiento internacional antinarcóticos Garras del Valor las reclutas tienen que superar el dolor, el cansancio y la presión psicológica si quieren aprobar el curso que equivale al de los hombres jungla en Colombia.
"Lloraba día y noche. A la semana renunció la primera, nos dimos cuenta de que eso no era el infierno, venían días peores", narra la capitana Jenny Calvo que, de un grupo de cuatro, fue la única colombiana que logró llegar al final del curso que la convierte en experta en lucha antinarcóticos y combate rural.
Los cursos anteriores duraban 45 días, pero esta vez el gobierno norteamericano quiso entrenarlas en las mismas condiciones con las que se entrenan a los hombres.
Jenny lo experimentó en carne propia durante 70 días. Al regresar a Colombia tenía doce kilos menos, pero mayor experiencia que cualquiera de las otras mujeres del Gaula. Siguió trabajando como investigadora y terminó el curso Swat de la Policía al que pertenecen cuatro mujeres del país, lo que las convierte en expertas en asalto, armas y tácticas especiales. Esta capitana es hoy la mujer más avezada en combate.
No tiene idea de cuántos secuestrados ha ayudado a liberar en los seis años que lleva trabajando con el Gaula, pero sí recuerda que en la peor época del secuestro en Colombia –entre los años 2000 y 2001– hacía hasta dos liberaciones por mes. Siempre ha estado en la línea de combate, le han disparado varias veces, liberando víctimas ha recorrido el país al mando de 20 hombres, y eso que apenas tiene 29 años de edad.
Es una máquina de combate en potencia, que solo flaquea cuando le devuelven los secuestrados a sus familias. "A uno le baja la lágrima y se la limpia sin que nadie se dé cuenta".
No es común que las mujeres en este país salgan a zonas rojas a realizar el mismo tipo de actividades que los hombres, pero el coronel Humberto Guatibonza, director de la Dirección Antisecuestro, empezó a darles mayores oportunidades en las operaciones y encontró que no solo son igual de capaces a los hombres sino que, además, son más detallistas y según él, más frías a la hora de tomar decisiones. Por eso de 910 investigadores del Gaula a nivel nacional, el 10 por ciento son mujeres.
La cabo Julieth Quintero también integra este exclusivo grupo de combatientes femeninas. Es una paisa (nacida en Medellín) de 33 años que tiene un hijo de 8 años al que no le cuenta exactamente de qué se trata su trabajo. Es miembro del SWAT, especialista en combate urbano, pero además es la única francotiradora de Colombia.
Su compañero inseparable es un fusil AR-10 calibre 7.62 que pesa alrededor de 7 kilos, con el que es capaz de acertar en un blanco del tamaño de un celular a 800 metros de distancia.
Su equipo pesa 25 kilos, es más liviano porque le debe permitir arrastrarse con facilidad mientras toma posición para el asalto. Su vestido de trabajo es un camuflaje que la oculta por completo entre los matorrales. “Debo permanecer inmóvil, si me llegan a descubrir pondría en riesgo mi vida, la de mis compañeros y la del secuestrado”.
Por eso sus nervios son templados como el acero. Domina su respiración y no se altera al momento de apretar el gatillo. Ella tiene en la mira todo el asalto, su trabajo es descubrir a los secuestradores a varias cuadras de distancia y dispararles, pero también debe cubrir las posiciones de sus compañeros y cuidarles la espalda.
Recuerda una ocasión en la que estaba en una montaña en Caldas cuando descubrió varios guerrilleros mimetizados entre los árboles. No tuvo tiempo de avisar, se tendió como un felino, apuntó su arma y disparó.
Cuando no se necesita un francotirador, ella hace parte del grupo de choque y con un arma corta, igual a la de los otros policías, camina junto a ellos hasta llegar a cambuches y casuchas improvisadas donde mantienen a los secuestrados. Ha perdido la cuenta de los que ha ayudado a liberar, tienen un dicho muy común entre ellos: "Así como capturamos o rescatamos, olvidamos. La diferencia es que ellos no nos olvidan a nosotros".
Si está en la zona urbana, su trabajo es patrullar, hacer vigilancia y trabajar en Antiextorsión, que es el fuerte en este momento. Según las cifras del Gaula en el 2005 hubo 143 rescates y en el 2006, 111. En lo que va del 2007 han hecho 47 rescates en todo el país y han resuelto 161 casos de extorsión.
El trabajo no para. Ellas tampoco dan tregua. Siguen viéndole la cara a la muerte y tratando de llevar una vida normal. "El hecho de trabajar hombro a hombro con un hombre sin perder la feminidad es complicado", dice Jenny. "Pero lo estamos logrando", agrega Julieth a la que, a pesar de su 1.65 de estatura, sus compañeros le dicen "Nikita". Ellas sienten que no tienen nada que envidiarle a la rubia fatal de la serie de televisión. NIKITAS CRIOLLAS.
La única mujer que combate desde un Black Hawk. La capitán de la Policía Érika Pedraza es ficha clave en las operaciones aéreas para combatir el narcotráfico y la guerrilla. Está nominada, en Estados Unidos, al premio Mujer Internacional al Coraje 2008.
El 13 de julio de 2003 la capitán Érika Pedraza Murillo, a bordo de un helicóptero UH-1 Huey, de fabricación norteamericana, escoltaba, a 50 metros de altura, al grupo de policías que erradicaba manualmente las plantaciones de coca en el parque de La Macarena, cuando empezó un ataque de guerrilleros del frente 27 de las Farc. Al ver manchas de sangre en su pierna izquierda pensó, por un instante, que había sido alcanzada por un proyectil, pero en medio del tiroteo vio que los heridos eran su comandante y el artillero.
Como copiloto asumió el control del aparato y se dirigió a San José del Guaviare. Aterrizó ilesa pero con la aeronave impactada en el rotor de cola, fuselaje, hélices y cabina. Al terminar lo que fue su primer vuelo en zona de conflicto, después de hacer el curso de piloto de combate de este helicóptero de más de cuatro toneladas y de 18 metros de largo, se dio cuenta de que estaba lista para enfrentar los riesgos de ser una de las pocas mujeres en el mundo que pilotea este tipo de aeronaves.
En la hoja de vida de esta menuda mujer, nacida en Armenia hace tan sólo 28 años, ya figura una medalla al valor, la más alta distinción que se otorga a los policías. Se la ganó en 2004 mientras formaba parte del escuadrón de cuatro helicópteros que escoltaba dos aeronaves que fumigaban cultivos de coca y amapola cerca de San José del Guaviare. Ese día fue derribado uno de los aparatos. El UH-1 Huey que ella piloteaba abrió fuego contra los guerrilleros de las Farc que dirigían el ataque para permitir el rescate de sus compañeros y recibió un disparo en la mano izquierda. Herida y con el helicóptero seriamente averiado tuvo que aterrizar en la zona de combate y esperar durante más de una hora hasta que fueron rescatados.
Por este tipo de acciones, la capitán es una de las finalistas en el International Women of Courage Awards, un reconocimiento creado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, para destacar a las mujeres que aportan al mejoramiento de la calidad de vida en sus países. Érika fue sorprendida hace dos semanas con el anuncio de su nominación, cuando una delegación de la embajada norteamericana la acompañó durante una de sus misiones en el Putumayo.
Mientras maniobraba con destreza su aeronave, les contó que antes de graduarse como bachiller ya tenía claro que quería ser policía. Estudió para oficial y tres años después se presentó a un curso para comandantes de helicóptero. Se graduó con honores como piloto del Ranger Bell 206, una aeronave básica pero de gran versatilidad. Luego pasó a comandar el UH-1 Huey 2, aeronave repotenciada, donada por Estados Unidos y que se hizo famosa en la guerra de Vietnam.
Pero su sueño era pilotear un Black Hawk, un helicóptero hecho para la guerra, ideal para ingresar tropas a zonas en combate y ataques de alta precisión. Por eso recuerda muy bien el primer día que piloteó uno de estos aparatos. Fue en 2004 durante una toma de las Farc al municipio de Toribío (Cauca). Ella comandó uno de los cuatro helicópteros que transportó a los comandos jungla de la Policía; al director nacional de la institución, Jorge Daniel Castro; y otros altos mandos. Aunque los aparatos recibieron varios impactos, todos pudieron regresar a Popayán ilesos.
“Ese día era la mujer más feliz del mundo. Vi que mi sueño nunca tuvo límites. El Black Hawk es la mejor herramienta de guerra en el aire”, dice mientras explica con emoción que estos son los helicópteros más seguros para la tripulación y los pasajeros porque cuentan con un blindaje especial. Es una potente arma: no sólo es el aparato más veloz sino el más versátil, fácil de manejar y su artillería incluye ametralladoras punto 50 y M60, lanza misiles y tiene u n visor láser para la ubicación de blancos inteligentes. Entre los pilotos de combate, la capitán tiene la importancia equivalente a la que posee un piloto del avión fantasma.
Por eso muchos, incluso sus colegas de la Policía, aún se sorprenden cuando ven a una mujer menuda, tranquila y alegre detrás de semejante máquina. Ella sonríe cuando baja de la aeronave y observa las caras de incredulidad: es su trabajo y lo asume con naturalidad. Ya acumuló 1.390 horas de vuelo y un récord como la única mujer en América Latina en pilotear un Black Hawk.
Luis Enrique Chaves Sáenz.
MUJERES EN LA POLICÍA MEXICANA
POLICÍAS SIN PLACA NI ARMAS NI UNIFORMES
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AGENCIA BK DETECTIVES ASOCIADOS