CRÓNICAS DE RAFAEL SÁNCHEZ ARMAS
No creo en el Partido Popular como "motor" de la recuperación económica ni como regenerador de la democracia (aún recuerdo la traición de José María Aznar López aliándose con la mafia catalana del 3 per cento di commissione desde 1996 hasta aquel 14-M de infausto recuerdo), y además el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria es un mentiroso. Pero el Partido Popular barrió de norte a sur a los presuntos socialistas, y en Gran Canaria hizo lo propio con ATI desde la costa hasta la cumbre. Por lo tanto comparto la invitación de Miguel Cabrera Pérez-Camacho a Paulino Rivero Baute de exiliarse en Laponia o, como mínimo, abandonar Gran Canaria, donde no pinta nada. Un maúro del Sauzal (y no tengo nada contra ese pueblo "autóctono" porque incluso tuve una novia vecina del maúro) no puede conservar el bastón de mando sin haber ganado jamás en la tierra de Doramas, Bartolomé Cairasco de Figueroa, Benito Pérez Galdós, Fernando León y Castillo, Juan Negrín López o Alfredo Kraus Trujillo. Dos veces perdió las elecciones regionales el maestro Ciruela pero dos veces ganó la presidencia en los despachos. Primero con el Partido Popular (cuando ganó Juan Fernando López Aguilar) y después con el PSOE (cuando ganó José Manuel Soria López). Pero las cosas han cambiado, empiezan a cambiar, y la "corona" del maúro del Sauzal ya tiene precio: "Márchese, señor Rivero, márchese".
Sobre Gran Canaria, grande porque da nombre a todas las Islas Canarias, y la isla del oeste trata el capítulo Miguel de Unamuno en el pleito insular canario de mi obra "Amalia Romero hija del poeta Alonso Quesada". Invito a la señora esposa del maestro Ciruela a leer dicho artículo (hasta ahora inédito), especialmente por la otrora relación de amor entre doña Ángela y la pluma de don Pepito. ¡¡Qué vueltas da la vida!!
Las Palmas de Gran Canaria, 1 de diciembre del 2011.
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