CRÓNICAS DE RAFAEL SÁNCHEZ ARMAS

Batacazo del PSOE en Las Palmas de Gran Canaria y supervivencia de ATI en Gran Canaria gracias a la traición de Nueva Canalla. ¿El maestro Ciruela puede continuar siendo presidente del gobierno cipayo de la colonia tras el escrutinio del 20-N?

La fiesta de la democracia en Las Palmas de Gran Canaria tuvo casi un 45 por ciento de abstencionistas y votantes en blanco. Hambre, desempleo, corrupción. Botos contra votos. Huracán del PP y desmoronamiento de los farsantes aticos. ATI-Coalición Canaria obtuvo sólo el 10 por ciento de los votos en la capital de Gran Canaria. Lárgate de Gran Canaria, Paulinico, lárgate de Canarias. El periódico más influyente de la isla del oeste es de la misma opinión:

"Ayer, los españoles se libraron de forma contundente del aciago socialismo impuesto por un político nefasto como lo es José Luis Rodríguez Zapatero. Ya era hora. La economía probablemente lo agradecerá. Durante las dos legislaturas en las que ha gobernado este hombre se han cometido muchos disparates. El peor de todos, a nuestro juicio, darles a los sindicatos un protagonismo que nunca debieron tener, a la vez que se ha arruinado a las empresas y se ha perseguido a los empresarios. España, con cinco millones de parados, está hoy en sus mínimos en cuanto a consideración internacional. Y en Canarias, que al ser una colonia española sufre las mismas calamidades, incluso agrandadas, que su metrópoli, aumentan las colas del hambre y de la atención sanitaria por culpa de un político más necio aún que el propio Zapatero: Paulino Rivero. Zapatero seguirá como presidente del Gobierno en funciones hasta que tome posesión de su cargo el ganador de los comicios de ayer. Después desaparecerá en su León natal. ¿Cuánto tiempo más vamos a tener que seguir aguantando en Canarias a Paulino Rivero?

Tanto el presidente del Gobierno regional como su representante en Madrid, la señora Oramas, han sido cómplices de Zapatero. Y todavía peor: han sido traidores políticos al pueblo canario, pues no han aprovechado la debilidad del presidente del Gobierno de España durante los últimos años para exigir la independencia de una tierra que lleva -casi nada- seis siglos colonizada. Al contrario: le dieron los apoyos necesarios a Zapatero para que siguiera en el poder, haciéndoles más daño a los españoles y a los colonizados canarios.

Por todo esto no dudamos en decir que a Paulino Rivero hay que echarlo. No a patadas, que dijimos como expresión metafórica hace unos días, pues esa alocución puede sonar violenta y nosotros estamos en contra de la violencia, pero sí a empellones. Lo decíamos en nuestro editorial de ayer: esta sufrida tierra, antes afortunada y hoy desgraciada, no puede esperar hasta las próximas elecciones autonómicas para quitarnos de encima al político más siniestro que nos ha tocado en desgracia. No podemos esperar ni tres años y medio, ni tres meses y medio y, si nos apuran, ni siquiera tres días y medio. Rivero debe dimitir de inmediato y exiliarse donde no vuelva a tropezarse con ningún canario.

Con independencia de los resultados de ayer, que los suponemos poco favorables para CC -insistimos en que no tenemos datos del recuento a la hora de escribir este comentario-, el propio partido de Paulino Rivero debe echarlo por inútil y propiciar un pacto con quien ganó las elecciones autonómicas, que fue el PP, y que presumiblemente también es el partido que se alzó ayer con la victoria en las urnas. Esa es la única forma de que aminore el hambre, el desempleo, la falta de recursos para la sanidad y la educación y la forzada emigración de unos jóvenes que, como les ocurría a sus abuelos, tienen que buscar en tierra extraña el pan que les niega la suya propia. Qué pena que tengamos que decir esto de unas Islas que antes eran afortunadas. De un Archipiélago en el que antes hasta los taxis eran coches de lujo y en las tiendas había numerosísimos artículos que no tenían los peninsulares en las suyas. Éramos la envidia de España y de Europa; ahora, gracias al necio político que nos gobierna, somos simples europeos ultraperiféricos; es decir, indígenas a los que solo nos falta el taparrabos para ir por el mundo con el perfecto atuendo de los súbditos colonizados.

Rivero se tiene que marchar -o hay que echarlo, insistimos- para que desaparezca el despotismo y el Gobierno de quien no ha sido elegido. Un Gobierno en el que no manda él, sino su señora esposa; la que tiene la desvergüenza de denunciar a un medio de comunicación que se ha convertido en la voz de los patriotas, como es el caso de EL DÍA. Que se vaya de una vez, o échenlo a gorrazos si no tiene la decencia política de dimitir". Información.

Las Palmas de Gran Canaria, 21 de noviembre del 2011.

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RAFAEL SÁNCHEZ ARMAS

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