CRÓNICAS DE RAFAEL SÁNCHEZ ARMAS
¿TERRORISMO URBANO COMO EN VENEZUELA?
Ni el "pebliscito" (así llamaron inicialmente los analfabetos fascistas venezolanos a la consulta-encuesta de la MUD, tres siglas, tres mentiras) estaba legalmente convocado porque no hubo censo electoral oficial ni autoridades reconocidas ni el posterior "escrutinio" pudo verificarse tras la quema de las "actas" electorales para no dejar rastro del apaño) contó con las garantías jurídicas para tomarlo en serio ni el Referéndum para la Independencia de Cataluña tampoco se puede esgrimir para forzar por sí mismo la negociación con el Gobierno de España (aunque esta circunstancia no puede avalar la brutal represión perpetrada contra dos millones de pacíficos votantes). Sin embargo el referéndum catalán ha puesto sobre la mesa con toda urgencia el conflicto político hispanocatalán. Se resuelve favorablemente para ambas partes o España dará paso a una etapa de desestabilización no exenta de graves consecuencias. ¿Justicia formal por encima de la justicia natural? ¿Por qué se ha de secuestrar la opinión de los catalanes partidarios de la Independencia y la de los catalanes partidarios de la unidad de España? Referéndum, consulta, plebiscito. Muchos nombres para el mismo fin. Se ha de averiguar si Cataluña es mayoritariamente catalanista o españolista. ¡Democracia!
A raíz de la pragmática declaración de Independencia por parte del presidente del Gobierno de Cataluña (para inmediatamente después ponerla en cuarentena a la espera de una previsible negociación con el Estado), el presidente del Gobierno de España ha requerido por escrito si hubo declaración de Independencia o no, previsiblemente para aplicar el artículo 155 de la Constitución Española (suspensión del Estatuto de Autonomía e intervención de todas las instituciones públicas catalanas desde el gobierno hasta la cadena de televisión autonómica pasando por el parlamento y la policía regional). El presidente del gobierno autónomo catalán tiene de plazo hasta el lunes para responder el requerimiento del Gobierno de España. ¿Qué va a responder?
a) Primera hipótesis: Puigdemont, contesta afirmativamente. "Sí, don Mariano, declaré la Independencia?". Aplicación inmediata del artículo 155 y posiblemente detención del presidente catalán. Revueltas callejeras, represión de las Fuerzas de Seguridad del Estado.
b) Segunda hipótesis: Puigdemont, contesta negativamente. "Don Mariano ¿quién le ha dicho que yo declaré la Independencia. ¡Nada más lejos de la realidad!". Vencidada y derrotada la legalidad catalana (legalidad viciada en el propio parlamento regional contra una parte del parlamento favorable a la consulta pero no en los términos finalmente impuestos), Puigdemont sale corriendo de Cataluña en dirección a Laponia para huir de los catalanes que votaron en el Referéndum incluso a costa de haber sido brutalmente reprimidos por las Fuerzas de Seguridad del Estado. Esta segunda hipótesis sería el retroceso del separatismo catalán durante varias décadas.
¿Qué va a suceder en Cataluña? ¿Es posible la balcanización de España de imponerse la primera hipótesis? Ha circulado en deteminado periódico digital la información de obligar a Puigdemont a declarar la Independencia y responder posteriormente con la "resistencia armada" como hizo la oposición fascista en Venezuela desde abril del 2017 hasta su derrota el 30 de julio con la proclamación de la Asamblea Nacional Constituyente. El "manual táctico" de la hipotética resistencia catalana parece copiado del "modus operandi" del terrorismo urbano venezolano. La espiral "acción-reacción-acción" es tan vieja como Matusalén. Hablé de este tema hace cuarenta años.
El efecto dominó de la hipotética "resistencia terrorista" catalana en la "Confederación Nacional Vasconavarra" (durante varias décadas en guerra contra el Estado hasta la tregua definitiva de ETA), y en Valencia, y en Madrid, y en Andalucía, y en Galicia, es una posibilidad no desdeñable. Separatistas, republicanos y anticapitalistas de los cuatro puntos cardinales de España juntos contra el Estado. Intervención de unidades de Infantería y Caballería del Ejército de Tierra y balcanización de la Península y de ambos archipiélagos canario y balear, y Marruecos mirando a Ceuta y Melilla. Disturbios, represión, muertos, destrucción... ¿Desmembramiento de España como sucedió en Yugoslavia? ¿Abolición de la monarquía como sucedió en 1931 cuando el bisabuelo de Felipe VI, Alfonso XIII, abandonó España camino del exilio? Se ha de poner freno a una guerra fraticida. Que no suceda lo que pasó en Yugoslavia hace treinta años ni en Venezuela recientemente tras la convocatoria de la oposición fascista para "sacar" a Maduro por la fuerza (asesinatos; ataques a bases militares; incendios de colegios, hospitales y almacenes de alimentos; destrucción de autobuses públicos, camiones de suministros y vehículos privados; sabotaje a estaciones de metro y centrales eléctricas; linchamiento de chavistas; atentados contra la Guardia Nacional Bolivariana). La Unión Europea ha de intervenir a tiempo y no cuando el desastre sea inevitable.
El heredero defenestrado del Padrino Jordi Pujol Soley, Artur Mas Gavarró, lo ha dicho claro: "El Estado está dispuesto a llegar a las últimas consecuencias". No se imagina nadie fuera de España cómo se las gasta la democracia española. Nada que ver con la "dictadura" o dictaboba venezolana. Más información.
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