INSEGURIDAD EN EL AEROPUERTO DE BARCELONA


Cuando estoy en mi casa procuro salir a la calle meadito y cagadito tal como hace la periodista Carmen Rigalt (según escribió en un artículo en "El Mundo"). Nada como ensuciar (obrar, evacuar) en el meacagadero propio. ¡¡Pero!! Semos hijos del viajerío, la trashumancia, y donde menos te lo esperas salta la sorpresa. Sucedió en Barcelona hace pocos días. ¡¡Vemería Santísima!! Cuánto folleterío informativo en el aeropuerto: "La nueva terminal, puente de conexión de Barcelona con el mundo". ¿Un aeropuerto dotado con las instalaciones más modernas pensando en las personas? Hmmm... 525.400 metros cuadrados (el equivalente a 82 estadios de fútbol) con capacidad para 55 millones de pasajeros; 6 salas VIP; 12.000 plazas de aparcamiento; sistema ferroviario integrado (Renfe, AVE, metro); 1.500 plazas de taxi; 100 puertas de embarque; 28 puestos de control de seguridad; 62 estacionamientos de aeronaves; 43 pasarelas; sistema automático de tratamiento de equipaje; 696 placas solares capaces de producir el 70 por ciento del agua caliente; sensibilidad ecológica para salvaguardar la fauna y la flora de los alrededores... Oiga, Barcelona cap amunt? ¿Palante de verdad o patrás como los cangrejos? Veamos... Nada más bajar del avión, y no sólo por curiosidadd antropológica, sino por necesidad perentoria, fui a la tualete. En vano intenté deponer algo; no por falta de ganas, sino por un súbito estreñimiento (y me cuido, eh, sobre todo a base de avellana, rica en fibra). Es como si de repente la fuerza de la gravedad se hubiera invertido. Yo apretando hacia abajo y el "tránsito intestinal" empeñado en desandar el camino. Qué sudores, damas y caballeros. Y todo porque se me ocurrió explorar a fondo el "teatro de operaciones"... "Pero ¿qué coño es esto?" (exclamé cuando el dedo anular se topó con una bola compacta, dura como el granito). Durante media hora estuve de "maniobras" en el finstro duodenal hasta deshacer la pelota de golf. ¡¡Huf!! Terminé extenuado mientras escuchaba una voz familiar a lo lejos: "¿Qué te pasa, cielito lindo? ¿Estás bien, amor? Como no me respondas llamo a la policía". Me subí el pantalón con la mano izquierda y me dirigí a un lavamanos. No pude enjabonarme las manos. En ninguna de las terminales (A, B, C) del aeropuerto "pensado en las personas" había jabón. "Es culpa del turno de día" (dijeron las empleadas de la limpieza). Tres días más tarde hice el viaje de vuelta. El aeropuerto continuaba sin jabón. "Es por culpa del turno de noche" (pretextaron otras limpiadoras).


Señor Director del Aeropuerto de Barcelona, el aseo de las manos no consiste en remojarlas sin más, sino procurarles jaboncito para evitar la proliferación de virus y bacterias (seguramente lo habrá leído en alguna parte). La insalubridad por falta de higiene es una forma más de inseguridad. ¿Corren peligro los transeúntes del aeropuerto comiendo en las cafeterías o los camareros se lavan las manos con jabón en otro sitio después de cagar?

P.D.- El aeropuerto de Barcelona es la antesala de las Ramblas: maleantes rumanos, marroquíes y argelinos a sus anchas; "soldados" del crimen organizado esperando la llegada de los numerosos invitados de la mafia (prostitutas, sicarios, narcotraficantes); trabajadores asiáticos del aeropuerto tratando de forzar las cabinas telefónicas para recaudar las monedas atascadas; hezpañoles y turistas de mierda con los zapatos encima de los asientos; taxistas para salir corriendo; vigilantes de seguridad en la higuera... Managua, Lima o Bogotá cada vez más cerca de Europa. Dentro de cincuenta años, Barcelona, de ti sólo quedara tu nombre.


ATENCIÓN AL CLIENTE


SR-OF-191


Distinguido Sr. Sánchez:


Acusamos recibo de su escrito sobre los lavabos del aeropuerto de Barcelona. Al respecto, le informamos que hemos hecho llegar sus comentarios al departamento correspondiente de Aena, para que estudie el tema. Por lo que respecta a la seguridad, entendemos que corresponde a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, que a través de las denuncias que reciben deben reconocer la magnitud del problema. No obstante, quedamos a su disposición para cualquier comentario que quiera realizarnos. Reciba un cordial saludo.


Atentamente,


Satisfacción de clientes


AREAS, S.A.



BARCELONA SUBURBIO DE CALCUTA


Tras varios años lejos de Barcelona, a finales del 2004 tuve la ocurrencia de viajar a la capital del Fórum Universal de las Culturas. Pude ir a Managua, Calculta o La Paz. Sin embargo puse rumbo a la Ciudad Condal. Muy bonita, si, pero... ¡¡Qué desastre!! Vagabundos durmiendo a pierna suelta en el aeropuerto; turismo morralla en el barrio gótico; nubes de inmigrantes vendiendo cerveza en las Ramblas (delante de la policía aun cuando está prohibido tomar en la vía pública); buhoneros negros, asiáticos y sudamericanos traficando con mercancía robada o falsificada; motos y bicicletas circulando en las aceras como Pedro por su casa; pancartas colgadas de los balcones para denunciar los escándalos nocturnos y la suciedad en las calles (heces, meados, restos de comida); prostitutas foráneas en las esquinas más céntricas; atracos en Ravalistan (antes Raval) a los turistas, "autóctonos" y comerciantes chinos, indios y pakistaníes; camareros extranjeros trabajando entre diez y doce horas diarias por 850 euros mensuales; "multiculturalismo" en bares, tiendas y restaurantes a costa de la supervivencia del idioma catalán; criminales de todas las nacionalidades; pocos agentes de la autoridad apatrullando la ciudad... ¡¡Barcelona estercolero cosmopolita!! Me fui como alma en pena. Ni gratis vivo en Barcelona. De todas formas por internet he tenido conocimiento de las nuevas Ordenanzas Municipales. Mano dura contra el incivismo. ¿Mano dura? No me río a carcajadas para no herniarme. El 14 de septiembre del 2007, un lector de "El Periódico de Catalunya", escribió la siguiente carta:


Tras 22 años de ausencia de la ciudad de Barcelona, ¿con qué me encuentro? 1) Magnífica e infrautilizada red de buses metropolitanos, refrigerados, ecologistas y silenciosos. 2) Circuitos de bicicletas bien planificados, y sin embargo, te las encuentras por cualquier acera. 3) Hay trozos de bicis abandonados, atados a postes y farolas por la ciudad. 4) Motos encima de las aceras. 5) Mendigos por doquier. Mujeres jóvenes pidiendo con críos de meses en sus brazos. Los Mossos d'Esquadra dicen no poder actuar si no es el niño quien pide personalmente --todo esto en una ciudad en la que se pagan millones de euros por fichajes de futbolistas--. 6) Mucha inseguridad y ausencia de agentes uniformados paseantes. 7) Suciedad, principalmente donde se congrega la gente (Rambla, Park Güell, zoo). 8) Motocicletas que generan un ruido por encima de los decibelios permitidos. 9) La mayoría de los coches --con un solo ocupante-- circulando alegremente y aparcando en doble fila. 10) Despilfarro de electricidad nocturna en tiendas y calles; luego saltan las subestaciones. 11) Los peatones cruzan por donde les da la gana, sin respetar pasos de cebra o semáforos (si están rojos y creen que no vienen coches, saltan a las calzadas, y es cuando aparecen las motos). 12) Grafitos en buzones, vagones de metro y persianas de casi todas las tiendas de la ciudad. 13) Entradas y salidas a la ciudad con retenciones kilométricas, igual que hace años. Incomprensible. 14) Cercanías, sin comentarios. 15) Aeropuerto, vergonzoso. Esta realidad nos hace pensar que los encuestadores que pusieron un notable a Barcelona debían de estar en Santander. Información.


Con la caída del sol miles de personas acudieron en dirección a la playa para pasar allí la noche más corta del año, dejando a su paso la línea 4 del metro al borde del colapso. Muchos hicieron botellón sin miedo a las multas. Los lateros aprovechaban la multitud para vender cerveza, o "cerveza más fría", como decía alguno cuando veía que un compañero estaba teniendo más éxito con las ventas. Competencia desleal entre aquellos que se movían por la arena para vender mojitos, toallas de playa o artilugios con luces capaces casi de producir efectos alucinógenos. Entre los grupos se escuchaba mucho acento extranjero. Algunos asiáticos hicieron flotar en el cielo lámparas de papel. Otras muchas personas no dejaron de tirar petardos y fuegos en toda la noche, en vertical y también alguno en horizontal. Los más valientes se metieron en el agua para que la mar arrastrase con ella su mala suerte. La velada transcurrió tranquila, salvo alguna pelea y otros incidentes aislados que hicieron trabajar a los miembros de la Creu Roja. Entonces, la sirena de la ambulancia se mezclaba con la música de los chiringuitos que servían de pista de discoteca. Pasaban las horas y la basura iba acumulándose en la arena. No ayudaba que los contenedores de cartón fuesen utilizados para avivar las llamas de las hogueras improvisadas, sobre las que saltaban algunas personas entre los vítores de los espectadores. Los más habilidosos se atrevieron a hacer volteretas por encima de la fogata, mientras que otros caían rozando su cuerpo contra el fuego. Pero todo sin grandes sustos. A las cinco de la mañana los megáfonos dieron el primer aviso para que los más fiesteros fuesen saliendo de la playa. Los chiringuitos echaban el cierre y, casi al unísono, todos dejaron sus altavoces apagados, aunque seguía sonando música. En la plaza del Mar, un grupo africano tocaba samba y percusión para deleite de decenas de personas. Pero otras miles seguían en la arena, más atentas a captar la puesta de sol que a escuchar la megafonía, que a partir de las seis ya no sonaba como un aviso sino como una súplica. En tres idiomas -catalán, castellano e inglés- pedían una y otra vez a los rezagados que saliesen para dejar trabajar a los servicios de limpieza. Hasta cerca de las siete menos cuarto de la mañana no se produjo el desalojo. En formación de guerrilla, hombro con hombro, los Mossos d'Esquadra escudaban en la Barceloneta al gran despliegue de limpiadores que iban recogiendo a sus espaldas las miles de latas, botellas, bolsas, restos de fuegos artificiales y otros tantos objetos de difícil identificación que quedaban en la arena, dejándola impoluta. A las siete y media de la mañana pocas personas quedaban de las hasta 55.000 que, según el Ayuntamiento de Barcelona, decidieron pasar Sant Joan en las playas de la ciudad. Bastantes menos que otros años, según los datos oficiales y la impresión general, pero que ensuciaron igual que siempre. Información.



BANDAS LATINAS A SUS ANCHAS EN LA CIUDAD CONDAL

BARCELONA CLOACA TURÍSTICA DEL MEDITERRÁNEO

BARCELONA COMO TIJUANA O CIUDAD JUÁREZ

DESMANTELADA UNA BANDA MÁS DE PROXENETAS

ESPAÑA TURISMO BASURA ALGO MÁS QUE UN JUEGO

BARCELONA COBIJO DE PELIGROSOS CRIMINALES

HOTELES DE BARCELONA EN LOS BALCONES

TURISMO EN LA CLANDESTINIDAD

AYUNTAMIENTO POR FIN TOMARÁ MEDIDAS

PROSTITUCION Y DECADENCIA DE BARCELONA


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RAFAEL SÁNCHEZ ARMAS

AGENCIA BK DETECTIVES ASOCIADOS

AGENCIA BK DETECTIVES