CRÓNICAS DE RAFAEL SÁNCHEZ ARMAS

Felipe VI, Majestad, entre tú y yo, dado mi parentesco con el Rey de Armas de La Gomera, mi consejo es contrario a tu sanción de la Ley de Amnistía. ¿Qué ganas poniéndote de parte de los damnificados del Padrino Jordi Pujol Soley a través de su heredero Carles Puigdemont i Casamajó? ¿Qué iban a pensar tus simpatizantes viéndote fotografiado de nuevo con el prófugo de Warteloo? Majestad, colega, sólo tienes dos opciones. Abdicar en la Princesa o deshonrar tu palabra entre tus devotos. ¿Que legalidad te obliga a sancionar una ley contraria a la Constitución Española? ¿No prometiste cumplirla y hacerla cumplir? Una cosa ha sido que los herederos de la banda terrorista de ETA hayan investido a Pedro César Imperator como presidente del Gobierno y otra muy diferente romper España en regiones de primera y regiones de segunda. ¿Quién te ha dicho que Canarias, aun cuando una manada de cipayos estén cómodamente apoltronados, es menos que Cataluña? Hubo un tiempo que, Canarias, y Andalucía, y Extremadura, fueron colonias financieras de Madrid, Cataluña y Vizcaya. Hablo del tiempo de la Dictadura cuando Franco dispuso que los ahorros de canarios, andaluces y extremeños, obligatoriamente financiaran el desarrollo de Madrid, Cataluña y Vizcaya a través del coeficiente de inversión obligatoria.

"El intervencionismo del Gobierno se acentuaría con la aprobación del decreto de los ministerios de Hacienda y Trabajo de 9 de marzo de 1951 con el que se regulaban los coeficientes de inversiones obligatorias. Se establecía que el 60 por ciento, como mínimo, de los recursos totales de las cajas habrían de invertirse en fondos públicos admitidos a cotización oficial. En 1959 los coeficientes se aumentaron al 65 por ciento, convirtiéndose la deuda pública en la gran protagonista de las inversiones, y en 1964 el Gobierno redujo la inversión en valores al 50 por ciento, pero creó otro coeficiente de inversión en préstamos sociales del 30 por ciento, el cual se mantendría vigente hasta 1977". Luis-Ángel Alonso Saravia.

Ninguna empresa canaria cotizaba en Bolsa, por lo tanto una parte del ahorro canario estaba obligado "manu militari" por Franco a favorecer a la sociedades mercantiles e industriales madrileñas, bilbainas y catalanas. ¡El ahorro de los pobres sirvió durante la Dictadura para desarrollar a Madrid, Vizcaya y Cataluña! ¿Y ahora estos culigaos del "procés" piensan convertirse en los reyes del mambo?

Majestad, como demócrata soy republicano, pero no un republicano guerracivilista. No quiero una guerra civil en España. Que todo lo que se haga se haga democráticamente, con luz y taquígrafo, nada de pactos bajo la mesa camilla. Pedro Sánchez Bulo es un presidente legítimo aunque sea, en parte con el voto de los herederos de ETA, pero este Calígula no puede llevar a España a una tragedia por sus pactos de espaldas a los depositarios de la soberanía nacional, que no son otros que los ciudadanos. Ningún contubernio parlamentario está por encima de la igualdad fiscal entre los españoles.

Felipe, mi rey por imperativo legal, agachar la cabeza es pan para hoy y hambre para mañana. Que te sirva de reflexión las palabras de un nacionalista español nada sospechoso como Frank Cuesta. ¿Cuántos españoles hasta ahora indecisos tardarían menos del canto del gallo en pasarse a las filas de la República? Pero no la III República con la que sueñan los fascistas de la extrema izquierda a la usanza de la II República, sino de un régimen militar como ya sucedió tras las provocaciones de un bando y otro en los años treinta del siglo pasado.

Felipe, la banda terrorista ETA no existe, dejó de ser una amenaza hace años. El riesgo ahora para España es la marginación de la soberanía nacional, que no radica en los diputados y senadores, sino en el voto directo de los ciudadanos. Que se pregunte a todos los españoles en igualdad de condiciones si quieren consagrar la supremacía de unas regiones a costa de otras. Si Pedro Sánchez Calígula continua sin entender el significado de la democracia, tú, como árbitro institucional, debes llamarlo a capítulo. No se trata de un golpe de Estado, sino de evitar el golpe de Estado paralelo. No a la guerra civil ni a ningún pronunciamiento militar. ¡Democracia! Que los españoles digan lo que tienen que decir que no parece que es lo que unos trileros dicen lo que no han dicho los electores. Ni bulos ni trampas. Las cartas encima de la mesa.

DISCRIMINACIÓN


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RAFAEL SÁNCHEZ ARMAS

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