Discrepando

Sabado 28 del 2012

Ultima actualización06:07 PM GMT

  •  
Bienvenido estimado visitante

El Padrino cubano

E-mail Imprimir PDF

 Miguel Battle Vargas, el padrino cubano de la banda de gangsters conocida en los medios como La Corporación.

Por: Gabriel Molina

Las condenas a 16 y 20 años de cárcel para los capo mafiosos cubano-americanos José Manuel Battle Jr. y José Miguel Battle Sr., provocan las más escandalosas comparaciones con las cadenas perpetuas que se aplican a los agentes cubanos que trabajaban contra el terrorismo en Miami.

José Manuel Battle Rodríguez fue condenado en una corte federal de Miami la pasada semana, el 17 de marzo, a 16 años de reclusión, por las mismas causas que en enero 15 su padre, José Miguel Battle Vargas, el padrino cubano de la banda de gangsters conocida en los medios como La Corporación, fue sentenciado a 20 años de prisión por pandillerismo y extorsión en dicho tribunal de Miami. A primera vista estos hechos no llaman gran cosa la atención, aunque Julio Acuña, cómplice de ellos, fue objeto de una sentencia de cadena perpetua y se confiscará a los convictos bienes por un monto de 642 millones de dólares, depositados en cuentas bancarias en bancos de Suiza y Key Biscayne.

Battle Sr, de años, que en la actualidad se halla enfermo, era el jefe de un sindicato del crimen organizado que tenía conexiones desde Nueva York y la Florida hasta América Latina.

En el caso federal por conspiración, él, su hijo José Manuel, y otros tres procesados, Acuña, Evelyn Runciman y Valerio Cerron, fueron hallados culpables en julio último de haber cometido de forma premeditada cinco asesinatos, cuatro incendios intencionales que provocaron ocho muertes, y de haber amasado una fortuna superior a los $1,500 millones que se recaudaron durante cuatro décadas de actividades criminales, entre ellas tráfico de drogas, teneduría ilegal de libros y juego ilícito. La Corporación utilizó los incendios y asesinatos para intimidar o eliminar pandillas o grupos rivales, además de otros tipos de amenazas, según informó el fiscal federal encargado del caso, Tony González.

Una hoja criminal tan amplia, tan conocida, tan sanguinaria, debería sorprender que obtenga una sentencia tan relativamente benigna, teniendo en cuenta la naturaleza y extensión de los delitos, en comparación con el ensañamiento de que fueron víctimas los Cinco Cubanos de Miami: Antonio, Fernando, Gerardo, Ramón y René, acusados de espías por combatir allí el santificado terrorismo de las pandillas de origen cubano.

La explicación es sencilla. Es que faltaba la pasada semana un dato importante en la información del diario Miami Herald: José Miguel Battle, como Luis Posada Carriles, como Félix Rodríguez Mendigutía, como Jorge Mas Canosa, son veteranos de la invasión de Cuba por Playa Girón, conocida en el mundo mediático como Bahía de Cochinos, no por una razón peyorativa, sino porque Playa Girón está precisamente en la susodicha Bahía de Cochinos. Los tres son oficiales del Ejército de Estados Unidos y pertenecieron a la Operación 40 ideada, organizada, financiada y entrenada por la CIA para ahogar a Cuba.

La organización de Battle se inició en Nueva York, a mediados de los años 60 con la llamada bolita, un tipo de lotería ilegal. antes popular en nuestra Isla.

Hace 20 años, en 1986, escribí para mi libro La Droga Nostra, aún inédito, las cuartillas siguientes:

El investigador federal Anthony Lombardi declaró en junio de l986 que "José Miguel Battle, ex agente de la policía de Batista destacado entonces en la "Sección contra el vicio", es el jefe de ese grupo criminal de 2,500 miembros, involucrados también en el tráfico de drogas.

Según Lombardi, el padrino Battle, que participó en l96l en la invasión contra Cuba patrocinada por la CIA, y alcanzó en Fort Benning el grado de teniente del Ejército de Estados Unidos, junto a Posada Carriles, Félix Rodríguez, Jorge Mas Canosa y otros veteranos de Bahía de Cochinos entrenados allí en fabricación y uso de explosivos para fines terroristas, creó un ingenioso mecanismo en New Jersey y Miami para "lavar" los capitales procedentes del narcotráfico y el juego, a través de la lotería oficial en Puerto Rico".

Los miembros de "La Corporación" compran números de la lotería puertorriqueña y los venden en New York, Miami y Los Angeles, denunció Lombardi. Posteriormente vuelven a comprar los números premiados a un precio superior al premio y los cobran en Puerto Rico, lo que les permite legalizar el capital. Pero no siempre se muestran tan ingeniosos.

Lucky Luciano admitió en sus memorias que la mafia pagaba cientos de millones de dólares al dictador Fulgencio Batista por las concesiones del juego. Es menos conocido que el jefe de la policía, los oficiales y los simples vigilantes también recibían su parte. Fue de ese modo como el policía José Miguel Battle se ligó en La Habana a Santos Trafficante y aprendió los métodos de la mafia para gobernar el negocio, el know how del tráfico de drogas y el juego.

Battle abandonó el país natal a raíz de la caída de Batista, refrescó en Miami sus contactos con la Cosa Nostra y comenzó a operar la lotería, utilizando los mismos cruentos modos aprendidos de la Mafia, que no eran tan necesarios en La Habana, pero sí en Estados Unidos.

La Comisión creada por el presidente Reagan para investigar al crimen organizado expresaba en un informe: "El jefe, José Miguel Battle Sr., le entregó al asesino a sueldo 15,000 dólares y seis balas calibre 38, diciéndole lo que deseaba que hiciera.

"Dale un tiro entre ceja y ceja. Hiérelo en cualquier otra parte del cuerpo que quieras. Pero asegúrate de darle un tiro entre ceja y ceja. Sé que quieres mucho a tu hijo. Si algo sale mal, ese será el primero que vamos a matar."

Se trataba de las evidencias proporcionadas a la Comisión investigadora por Carlos Hernández, el asesino a sueldo que relató cómo Battle le dio órdenes para liquidar a un empleado desleal. Y mencionó también la quema intencional de comercios para proteger este negocio de cien millones de dólares anuales.

El informe continuaba diciendo: "Conocido por algunos como El Padrino, Battle domina con la violencia el mundo latino de las apuestas (...) es particularmente cruel con sus competidores, se le atribuyen más de 30 asesinatos e incendios premeditados sin resolver. Sólo en la ciudad de New York se señalan l8 homicidios cometidos entre l98l y l983, vinculados a `La Corporación'."

Algunos de los violentos crímenes fueron enumerados por la Comisión:

"El asesinato en Miami en l976 de un empleado desleal a quien le dieron un tiro entre ceja y ceja, supuestamente por orden directa de Battle, quien se declaró culpable de confabulación en el caso.

"El asesinato en l983 de un posible competidor, quien, antes de morir, informó a un detective que Battle estaba cerca riéndose cuando le dispararon. No se presentaron cargos.

"El asesinato en l984 de una joven que supuestamente vio a su novio asesinado por pistoleros a sueldo de `La Corporación' y después acordó declarar como testigo de gobierno."

De este último existe un dramático testimonio. Uno de los detectives que actuó en la Comisión, Samuel J. Mandarine, relató que el joven Ernesto Torres actuaba como asesino a sueldo de Battle, pero en un momento dado tuvo una violenta discusión con El Padrino, pues apostó por su cuenta en el béisbol y sufrió fuertes pérdidas. Para taparlas, Torres extorsionó a algunos de los corredores de apuestas de Battle. En diciembre de l975 abrió la puerta de su automóvil y dentro explotó una granada. La explosión destrozó el vehículo, pero Torres se salvó tirándose al piso.

Varios días después resultó herido en un segundo atentado contra su vida, cuando le dispararon en una florería. Torres decidió huir y se mudó a Opa Locka, la Florida. Allí lo cazaron seis meses después en su propio apartamento. Esta vez una de las cuatro balas que lo alcanzaron, le entró justo entre ceja y ceja. La novia, Idelia Fernández, recibió también heridas en el pecho y la cabeza y fue dada por muerta.

El fiscal del condado de Dade trató de encausar a uno de los verdugos a sueldo de Battle, Julio Acuña, y presentó a Idelia como testigo del asesinato. Pero, poco antes del juicio, ella apareció muerta en su apartamento con dos balazos en la cabeza.

En un proceso en 1970 por la muerte de Ernesto Torres y otras acusaciones, Battle fue condenado a 34 años de prisión, de los cuales, por inexplicables razones, sólo cumplió l8 meses.

Durante las audiencias de la Comisión, el abogado de Battle, Jack Blumenfeld, dijo que este era "un patriota cubano", refiriéndose a su participación por cuenta de la CIA en la invasión de Bahía de Cochinos.

Otros testimonios indicaron que el imperio de Battle ha obtenido ganancias por varios centenares de millones de dólares y se extiende ahora por los barrios latinos de New York, New Jersey, Los Angeles, Boston, Houston, Miami y Tampa. Los depósitos de "La Corporación" van a parar mayormente al Capitol National Bank de Manhattan.

Cuando llegó a Estados Unidos en l959 procedente de Cuba, José Miguel Battle residió en Miami. Después de la invasión de Bahía de Cochinos fue nombrado segundo teniente del ejército norteamericano, como otros tantos de sus compañeros de aventuras con la CIA y el gobierno. A mediados de la década del sesenta recurrió a sus antiguos amigos de la Cosa Nostra, y respaldado por ellos se mudó a New Jersey e inició sus operaciones de juego en gran escala por los barrios de cubanos. Una parte de las ganancias es tributada desde entonces a los jefes de la Mafia italo-norteamericana del Este, con quienes negoció un acuerdo a través de Santos Trafficante y Joseph Zicarello.

Por ese pacto de ayuda mutua con la Cosa Nostra, controló 700 puestos y bancos de apuntación en cinco municipios de New York y en decenas de lugares en New Jersey. Lombardi, investigador de la Comisión, declaró que Battle asumió el control sólo después de cometer varios homicidios y provocar varios incendios premeditados.

"Su imperio se extendió inicialmente aprovechando la corrupción de la policía y los políticos", añadió.

La afirmación del investigador sigue siendo actual. En otro pasaje del informe se revela que los grupos cuentan aun con corruptos "protectores", incluyendo abogados, jueces, políticos, financieros, asesores y negociantes que los salvaguardan contra los procesos civiles y penales del gobierno.

"Cada semana una caravana de vehículos de "La Corporación", con custodios armados, viaja de un lugar a otro recogiendo las ganancias, que sólo en New York ascienden a 45 millones de dólares anuales. Battle ha sido arrestado varias veces y ha enfrentado cargos como secuestro y agresión, además de otras actividades ílicitas, pero en conjunto sólo ha cumplido 31 meses de cárcel.

Al salir de prisión, Battle se trasladó a Madrid, desde donde continuó dirigiendo las operaciones de "La Corporación" a través de mensajeros. Regresó después a Estados Unidos para sufrir otra de sus tres condenas.

El Padrino ha usado indistintamente los nombres de José Miguel Vargas, Miguel Blázquez y Rafael Franco Tesona.

Lombardi manifestó en la audiencia de la Comisión que las ganancias de "La Corporación", siguiendo la línea de la Honorata Società, han sido también invertidas en negocios legítimos, asociada al financista Hugo Acebo, un antiguo profesor universitario de idioma francés en Connecticut. Se sabe que algunas de esas inversiones son en las uniones Management and Mortgage Co., la Finantial Research Co., la Travel and Tours y El Zapotal Realty Inc.

La organización comenzó a ampliar sus operaciones en Miami cuando Battle Jr. y Rydz se asociaron a una empresa formada originalmente por Acebo. En l982 invirtieron cerca de un millón y cuarto de dólares en bienes raíces en el condado de Dade y pagaron la mayor parte en efectivo.

El Padrino compró en Miami una mansión y hacienda de l9 acres, enclavada en l7249 SW de la calle l92, que posee árboles frutales, piscina, cría de gallos de pelea y perros. Allí vive en la actualidad confortablemente como un caballero sureño.

El grupo también administra bancos y "lava" sus capitales utilizando, además de la lotería oficial de Puerto Rico, la complicidad de funcionarios bancarios, terminaba diciendo Lombardi.

Aparentemente, en los años 2006 y 07 no se ha tomado en cuenta la criminal historia de los Battle. Tampoco lo han hecho ahora los medios masivos de Miami, como lo hicieron con la historia política de Los Cinco. Me permito remitirlos a The Changing Face of Organized Crime in New Jersey; a status report, mayo 2004.

El fallo judicial revela, paradójicamente, que sí se ha tomado en cuenta la historia política de José Miguel Battle Vargas, como se tienen en cuenta las de Posada Carriles, Félix Rodríguez, Mas Canosa y tantos otros.

Escribir un comentario

:D:lol::-);-)8):-|:-*:oops::sad::cry::o:-?:-x:eek::zzz:P:roll::sigh:
Restan: 1000 simbolos


Código de seguridad
Refescar

foto12Podría pensarse que la United Fruit Company, creada en Estados Unidos en 1899, es historia pasada. Pero con dos cambios sucesivos de nombre, sigue detrás de los golpes de Estado en América Latina.
Cuando el presidente Jacobo Arbenz nacionalizó en Guatemala las propiedades de la United Fruit, el golpista elegido Castillo de Armas, estaba vinculado a la compañía. No es casual que partió desde plantaciones de la United Fruit en Honduras. "Restablecido" el orden en Guatemala en 1954, la transnacional también cedió allí sus terrenos para que la CIA organizara la invasión a Cuba en 1961. Quería recuperar sus más de 100 000 hectáreas.
En 1970, la United Fruit se fusionó nada menos que con Zapata Corporation, fundada por la fascista familia de los Bush, y pasó a llamarse United Brands. En 1990 volvió a cambiar de nombre, para convertirse hasta hoy en Chiquita Brands. En Colombia y Honduras... Click aquí para leer artículo completo