¡Váyase, señor Rajoy!

EL PRESIDENTE Rajoy gobierna un país con seis millones de parados y que debe mucho dinero. El presidente Rajoy gobierna un país con una fractura política y emocional respecto del Estado que afecta a dos de sus llamadas nacionalidades históricas. El presidente Rajoy gobierna un país donde su máxima institución está sometida a la sospecha pública de la corrupción y la inmoralidad. El presidente Rajoy gobierna un país donde el principal partido de la oposición no es ni aliado ni alternativa. El presidente Rajoy gobierna un país con una opinión pública invertebrada, producto del crítico desconcierto de los medios y del ascenso del populismo. El presidente Rajoy gobierna un país donde tres de las comunidades más influyentes tienen una mayoría política adversa.

El presidente Rajoy gobierna un país que solo cuenta con una estructura firme y estable: los 185 diputados del Partido Popular, que conforman una mayoría suficiente para aplicar las decisiones políticas. Contra ese último y único núcleo de estabilidad apuntó la noche del martes el expresidente del Gobierno José María Aznar, en una intervención sin precedentes, hecha a partes iguales de política-espectáculo y egocracia, y cuyo sentido último traducía al día siguiente el editorial de este periódico: «Pero si Rajoy no está dispuesto a cambiar de política, debería ser el partido a través de un congreso extraordinario quien se pronunciara sobre el líder y el programa».

El presidente Rajoy gobierna un país que ha tenido que afrontar una tentación permanente: la de cambiar gobiernos desde el macilento cuarto de banderas, las áticas oficinas de los bancos o el fragor rotativo de los periódicos. Para librarse de la tentación a veces el país se ha entregado a ella. El expresidente Aznar coqueteó con la tradición al dar su famoso grito, pronunciado cuando el presidente González apenas llevaba diez meses gobernando. Por suerte tuvo que ganar unas elecciones. Porque cuando los presidentes españoles caen a voces, se trate de don Manuel Azaña o de don Adolfo Suárez, vienen una guerra civil o una asonada, siempre malas cosas.

«Cuando los presidentes españoles caen a voces vienen una guerra civil o una asonada»

>Vea el videoblog de Carlos Cuesta La escopeta nacional. Hoy: ¿Quién es Aznar?