AMALIA ROMERO HIJA DEL POETA ALONSO QUESADA
Retrato de una época, retrato de Gran Canaria


Amalia Romero Suárez, sin estudios ni trabajo, concibió el matrimonio como una tabla de salvación para huir de las garras del padrastro Rafael Roca Suárez. A la edad de diecisiete años empezó a rondarla un estudiante de avicultura. Se conocieron cuando él comenzó a venderle huevos a la madre en la casa de la Isleta. Aunque se trataba de un noviazgo sin sal ni pimienta, a ella le sirvió de "cortafuego" frente a las constantes insinuaciones del padrastro. Quería casarse, abandonar la casa de la madre, tener hijos. Cinco años perdió con Armando Román Mateo. Un día le propuso emigrar juntos a Venezuela. Amalia se mostró reticente. "Vamos a hablar con el cónsul venezolano". El representante de Venezuela le explicó los requisitos: certificado de buena conducta, antecedentes penales limpios como los chorros del oro, una carta del cura de la parroquia de ambos. Papelitos en regla para combatir la inmigración clandestina. Pero ella continuaba sin ver claro aquel viaje, alejarse de la isla, de la playa de Las Canteras, de sus amigas. Armando Román Mateo le ofreció una prueba de confianza entregándole la llave del apartado de correo. Cada dos o tres días iba a la oficina del puerto a retirar la correspondencia del novio. Ausencia de noticias graves durante varios meses. Sin embargo un día llegó a sus manos la carta de Puri. Sobre de color rosa, olor a perfume, letra de mujer enamorada. Abrió la carta sin encomendarse a Dios ni a su primo, y hete aquí la sorpresa. Se trataba de una misiva de la otra novia de Armando Román Mateo planeando también un viaje a Venezuela. Romántica despedida de ella: "Besitos de tu Puri"...


Amalia se quedó sin resuello. Media docena de veces releyó la carta. Decidió no decirle nada a su novio. Armando Román Mateo continuó hablándole de cruzar el charco hasta La Guaira. Incluso le trajo una fotografía del barco "Marqués de Comillas", nave insignia de la compañía Trasatlántica Española, fundada por Antonio López y López, en 1881, en Barcelona. Pero ni el primer marqués de Comillas ni el segundo, Claudio Lopez Bru, vieron la botadura del “Marqués de Comillas” ni la de sus gemelos "Juan Sebastián Elcano" y "Magallanes", por ausencia eterna de ambos. La botadura del "Marqués de Comillas" tuvo lugar en 1927, en los astilleros del Ferrol, con la Infanta Isabel de Borbón y Borbón, más conocida por La Chata, como madrina. Casi 10.000 TRB, 142 metros de eslora y 15 nudos de velocidad. Capacidad para 930 pasajeros. El primer viaje lo hizo capitaneado por el grancanario Pedro Miranda Suárez. En 1936, cuando la presidencia de la compañía la ocupaba el tercer marqués de Comillas, Juan Antonio Güell López, la Generalitat de Catalunya (afecta a la II República) expropió la naviera. Concluida la guerra de España, "cautivo y desarmado el ejército rojo", los barcos de Trasatlántica Española pasaron a manos de la Dictadura. La intervención duró hasta 1943. Claudio Güell y Churruca, cuarto marqués de Comillas y biznieto de Antonio López López recuperó la propiedad de la flota. A finales de 1949, él "Marqués de Comillas" zarpó de aguas canarias rumbo a Venezuela. Armando Román Mateo iba a bordo en compañía de Puri. Entre los pasajeros viajaba el actor valenciano Modesto Llosas Rosell, conocido en el cine como Jorge Mistral.


“Lloré como una boba porque Armando iba a tener hijos y yo no. Pero Dios lo castigó sin ninguno, y a mi me dio cuatro. No sé si ya murió. Era de mi edad, flaco, plano como una verguilla. Dicen que en Venezuela se puso gordo como un cochino” (Amalia Romero Suárez).


... continuará en breve...

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RAFAEL SÁNCHEZ ARMAS

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