"Qué linda es Managua", dice la canción de Carlos Mejía Godoy. ¿Qué linda? "Managua no es fea ni bonita porque ni tan siquiera da la impresión de ser un ciudad", han escrito los coautores (españoles) de La guía de Nicaragua. Calor, pobreza, desorden urbanístico, calles poco transitadas (por culpa del calor y el desorden urbanístico), miles de vendedores ambulantes en los semáforos, en los autobuses viejos, sucios, incómodos…

 

Los autobuses son viejos, sucios, incómodos, pero la gente es cariñosa, sobre todo a primera hora de la mañana, cuando los autobuses parecen latas de sardinas. Hombres y mujeres sufriendo o disfrutando en silencio los apretujones, los toqueteos, los pisotones. Managua no es una ciudad hecha para caminar. Pero se ha de caminar si se quiere conocer Managua, sobre todo ciertos lugares como los repartos (barrios residenciales) de Las Colonias, Bolonia, Altamira, Los Robles, Linda Vista, Independencia, Jardines de Veracruz, aunque los viajeros tampoco deben renunciar a ver Leningrado, Villa Libertad, Milagro de Dios… Milagro de Dios si van a Milagro de Dios y no resultan asaltados, violados, lesionados por armas de fuego, machetes, punzones.

 

            El mercado Oriental de Managua es un enorme mercado de contrabando. Tiene fama de peligroso, pero quizá el más peligroso sea el mercado Iván Montenegro, donde pueden administrarle una paliza en la más absoluta impunidad.

 

No hay parques ni jardines de interés en Managua, pero Managua es un manto de vegetación. Por todas partes el bosque es el rey de la naturaleza, y el lago de Managua, y los mosquitos, y las lagunas, algunas de una belleza sorprendente, como la de Tiscapa, cuya vista es inigualable desde el restaurante. El malecón es el mirador por antonomasia del lago de Managua. Un litro de cerveza  y medio kilo de pescado en compañía de una dama, y el volcán Momotombo de testigo, y el lago, y los aviones saliendo y entrando del aeropuerto de Augusto César Sandino, y después una visita a cualesquiera de los múltiples automoteles de Managua y alrededores. Garaje para ocultar la matrícula (placa) del vehículo; habitación con aire climatizado y espejos en las paredes y en el techo y baño con agua caliente (caliente porque el sol es generoso en Managua a la hora de calentar el agua de los depósitos). Todo por 10 dólares durante tres horas de relajo parrandero. Pero si la dama es de alquiler, el precio asciende a 25 dólares la sesión, incluido un masaje tailandés.

 

De la vieja e histórica Managua sólo quedan las ruinas de la catedral; el Palacio Nacional (antes sede de la Asamblea Legislativa y ahora convertido en cenáculo de la cultura); el teatro Rubén Darío; el recuerdo de miles de muertos en 1972 y un montón de casas tipo "minifalda", mitad de cemento y mitad de madera, pues tras el terremoto muy poca gente se ha atrevido a construir edificios de más de una planta. No se le ocurra bañarse en el lago de Managua. No hay tiburones de agua dulce (como en el lago de Nicaragua), pero la contaminación es una grave amenaza, no sólo para los bañistas, sino para la propia ciudad.

 

No lejos de Managua el clima se torna suave en las zonas cafeteras de San Marcos y Jinotepe y la arquitectura resplandece en Granada, bello rincón colonial a orillas del lago de Nicaragua; lago con dimensiones de mar, donde cientos de islotes paradisíacos contemplan mudos el trajín de las barcas de los pescadores y veraneantes. El ganado de las haciendas cercanas también abreva en el lago de Nicaragua.

 

Nicaragua es un país de ríos, lagos, volcanes, terremotos, ciclones, guerras, corrupción. El padre de la corrupción nicaragüense tiene nombre, Anastasio Somoza García. La dinastía Somoza controló durante cuarenta años la vida y los bienes de los nicaragüenses. Pero ninguno tan sanguinario como Anastasio Somoza Debayle. En 1978 ordenó matar a Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, director del diario La Prensa, por las continuas denuncias sobre la corrupción del gobierno. Pero no sólo la dinastía Somoza hincó el diente a las arcas del Estado. También los sandinistas han sido acusados de meter la mano. El Frente Sandinista de Liberación Nacional tomó el poder en 1979. Buena voluntad y muchas reformas necesarias. Pero algunos destacados sandinistas trabaron amistad con el cartel de Medellín. Los herederos del general Augusto César Sandino y Don Pablo Escobar Gaviria trabajando cuerpo a cuerpo. El minado de los puertos comerciales; la destrucción de la infraestructura económica y las disensiones internas socavaron las bases del FSLN. En 1990 perdió las elecciones frente a la candidata Violeta Barrios de Chamorro.  Desde entonces no levanta cabeza y además continúa sumando escándalos. El último tiene como protagonista a la Fundación Augusto César Sandino.

 

La corrupción es la mayor amenaza para Nicaragua, incluso cuando las catástrofes naturales sacuden la paz cotidiana. Corrupción en el caso del reparto de las ayudas internacionales tras el devastador terremoto en 1972 y corrupción más recientemente cuando el huracán Mitch dejó una estela de muertos y desolación. Corrupción en nombre de la revolución y corrupción en nombre de la contrarrevolución. Narcotráfico, robo, sicariato. Muchos contrarrevolucionarios financiados por la CIA pervirtieron sus presuntos valores para convertirse en simples rufianes cuando no en grandes mafiosos. Corrupción en nombre de la democracia. Arnoldo Alemán Lacayo metido entre rejas y el presidente Enrique Bolaños Geyser acusado presuntamente por el ex director general de Ingresos (tributarios).


 

 

 

 

 

 

  

 

 

 

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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RAFAEL SÁNCHEZ ARMAS

AGENCIA BK DETECTIVES ASOCIADOS

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